martes, 6 de octubre de 2009
La historia de Sealand puede sonar realmente a una broma muy bien estudiada pero la realidad es que lleva existiendo más de 30 años.
Para entender la historia de este peculiar “país” hay que remontarse a la II Guerra Mundial, durante la cual los británicos instalaron una serie de plataformas marítimas para defenderse de los ataques de la aviación alemana. Al terminar la guerra estas plataformas fueron abandonadas y fueron utilizadas por algunas personas para instalar emisoras de radio piratas. En una de estas plataformas Paddy Roy Bates fundó Radio Essex que como todas las demás fue cerrada. Pero Roy no cesó en su empeño y volvió a abrir la emisora y argumentaba que estaba en aguas internacionales, algo que finalmente se demostraba que era falso y volvía a ser cerrada su emisora.
Tras el último cierre el 24 de diciembre de 1964, Roy trasladó todo su equipo unos meses más tarde a otra de estas plataformas, la Roughs Tower. Tras la última sentencia Roy sabía a que distancia de las aguas internacionales se encontraba y comprobó que para llegar a Roughs Tower había recorrido más de esa distancia.
El 2 de septiembre de 1967 Roy llegó a Roughs Tower y al comprobar que esta vez sí se encontraba en aguas internacionales, desechó rápidamente el proyecto de la radio, consultó con abogados y tras recibir una respuesta afirmativa se mudo con su mujer y su hijo y fundó el “Principado de Sealand”. Creó un escudo y una bandera, una moneda (el dólar de Sealand equivalente al estadounidense), un idioma oficial (inglés) y un lema “E Mare Libertas”.
En 1968 tuvieron el primer enfrentamiento con la justicia al acercarse un barco británico y ser repelido con disparos por el hijo de Roy. El juicio dio la razón a Roy y su familia ya que no se encontraban en aguas británicas ni en un barco británico por lo que se encontraban fuera de la jurisdicción de las islas.
En 1969 se imprimen los primeros sellos de Sealand y helicópteros llegan a la plataforma con correo desde Bruselas. En el 72 comienzan a circular los primeros dólares de Sealand con paridad con el dólar estadounidense, aunque físicamente sólo se fabrican unas cuantas monedas.
En 1975 se redacta la Constitución de Sealand y adopta una legalidad basada en las leyes británicas.
En 1982 Inglaterra aumenta los límites de su territorio marítimo por lo que Sealand quedaría, esta vez sí, dentro de aguas con jurisdicción británica. Pero tan sólo unos días antes Roy hace exactamente lo mismo por lo que según las normativas internacionales deberán compartir las aguas. A los pocos años ocurre otro incidente con un barco que se aproxima en exceso y de nuevo, a pesar de estar en aguas británicas, los jueces dan la razón a Roy y su familia. Y por fin en el 84 quedan exentos de pagar impuestos a Inglaterra.
La Guerra en Sealand:
A pesar de la corta vida de este peculiar país, han tenido incluso su propia guerra. En 1978 establecen negociaciones con la empresa de Alexander G. Achenbach y le dan pasaporte de Sealand, pero durante un viaje de Roy y su mujer, Achenbach toma Sealand con un grupo de empleados holandeses y se autoproclama Primer Ministro de Sealand ya que es ciudadano del país, tomando como rehén al hijo de Roy. Roy reúne a un grupo de personas que se consideraban leales a Sealand y armados y en un helicóptero toman el país una noche de agosto, no se produce ninguna baja en ninguno de los bandos y Achenbach y sus hombres quedan como prisioneros de guerra.
A los pocos días Roy comunica la situación a los gobiernos de Holanda y Alemania y éstos se apresuran a exigir la liberación de sus conciudadanos. Roy libera únicamente a los holandeses ya que Achenbach es considerado ciudadano de Sealand. Alemania envió un diplomático a negociar la liberación de Achenbach y finalmente es liberado, pero desde Alemania forma un nuevo gobierno de Sealand en el exilio y promete seguir dando de que hablar.
Pero además de esta curiosa e interesante historia sobre Sealand, su nombre está rodeado también de polémica. Con la llegada de Internet muchos han sido las comunidades o micropaíses que han aparecido: Reino de Landreth, el Dominio de Melquisedec o el Reino de Talossa son sólo una pequeña muestra de ello. Algunos ni tan siquiera tienen un lugar físico.
La polémica:
Más polémica aún tras el asesinato de Gianni Versace, ya que tras varias investigaciones se descubrió que Andrew Cunanan, el asesino, había estado días antes en un barco cuyo propietario tenía pasaporte de Sealand. Más tarde se demostró que dicho pasaporte era falso. La policía no pudo localizar a los falsificadores pero pronto se descubrieron más pasaportes falsos en las mafias del este.
En 1999 se localizó uno en Madrid y se llegó hasta una red que vendía los pasaportes a través de Internet. Francisco Ruiz Trujillo se consideraba regente y embajador de Sealand en España y era también responsable de una serie de empresas que se estaban creando para construir toda una serie de infraestructuras en Sealand. Roy y su familia siempre negaron relación con esta red ya que los pasaportes eran falsos y finalmente se llegó hasta Alexander Achenbach como ideólogo de toda la red pero no se le pudo detener por falta de pruebas.
En definitiva una ajetreada historia para tan corta vida y pequeño país. ¿Utopía o realidad? Lo único cierto es que la familia Bates lleva casi 40 años en este sueño, aunque hace poco saltaba la intención de venta:
El 'príncipe' Michael de Sealand ha decidido poner en venta su isla artificial frente a las costas inglesas, un falso principado con una breve y agitada historia, operaciones fraudulentas incluidas.
La empresa española Inmonaranja se encarga del 'traspaso', que está sujeto a una oferta económica de 750 millones de euros, así como el compromiso de continuar con el proyecto de Sealand, según comentó Gabriel Medina, gerente de la inmobiliaria.
El principado de Sealand emite sus propios pasaportes y sellos de correos y acuña su propia moneda. Tiene incluso una selección nacional de fútbol, entre otras características de un Estado independiente. No obstante, no cuenta con reconocimiento internacional.
Además, no es un lugar muy cómodo para vivir pese a que ofrece excelentes vistas marinas ya que consiste en una plataforma de hormigón sobre dos pilares, parte de un fortín de la Segunda Guerra Mundial. Puede accederse a él sólo por helicóptero y barco y se encuentra a 11 kilómetros frente a la costa de Harwich, en el condado de Essex, sureste de Inglaterra.
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