domingo, 13 de marzo de 2016

Museo de la Inquisición y Toritura (III)


Continuamos con la imagineria  humana en esta tercera entrega de elementos de tortura creados, como no, por nosotros los humanos, esa especie destacada por su raciocinio.


LA SILLA DE LA TORTURA

Fue usada en Centroeuropa hasta el año 1846. El desgraciado que se torturaba era sentado en ella desnudo y amarrado por correas que lo apretaban lentamente, de modo que los pinchos le penetraban en la carne. Parecida a esta, pero carente de pinchos, era la llamada silla de la zambullida, que era utilizada para sumergir en el agua (en ríos, estanques, lagos, etc.) a mujeres (mayoritariamente) o a todos aquellos castigados por la justicia local. La inmersión duraba pocos instantes, pero el espectáculo podía durar tardes enteras. Este castigo, que era infligido a las mujeres cotillas no era siempre eficaz. Como relató a  un cronista del siglo XVII quien dijo; Jenny Pipes, llamada Jane, fue arrojada al agua desde el puente de Kenwaten, en Loeminster, y lo primero que hizo al salir a flote fue insultar bruscamente, con palabras horribles al magistrado que la había condenado


EL VIOLÓN DE LAS COMADRES Y AFINES

Las observaciones hechas a propósito de las máscaras infamantes son válidas también para estos instrumentos, cuyo castigo se infligía colocando a las "alcahuetas"  dentro de estos artilugios atadas por las muñecas y el cuello.
 Su efecto sobre estas partes del cuerpo cuando pasaban unos días después de ser colocado es fácilmente imaginable.
Se trataba de castigar a las alcahuetas, difamadoras etc.
Se sabe que permaneció usándose en los cantones Grigione y Schwyz en Suiza hasta los años 1888.

 LÁTIGOS DE CADENAS

No se necesitan comentarios para estos artilugios, que parece más bien armas de guerra que insrumentos de tortura, sin embargo, látigos más o menos similares pero en gran variedad con 2, 3 y hasta 8 cadenas, provistas de muchas "estrellas", o bien hojas de acero cortantes, se usaban y en cierta medida aún hoy se usan para flagelar el cuerpo humano.
Como se ha observado en otros comentarios de esta exposición, la tortura moderna en su mayor parte necesita métodos que no dejen marchar sobre la víctima por razones propagandísticas.
Aún hoy se siguen usando como métodos aceptados sobre todo cuando se trata de ejecuciones más que de interrogatorios.




LA TRENZA DE PAJA

La trenza de paja se colocaba a las jóvenes mujeres que habían caído en desgracia, o lo que es lo mismo que se habían quedado embarazadas sin habersse casado aún. 
Realmente era más un símbolo de  vergüenza y a las infames que se les colocaba se les rapaba su pelo siendo sustituido por estas trenzas de paja y se las situaba en la plaza de las iglesias en días de fiestas para que todos se enteraran y pudieran dirigir hacía ellas sus insultos y desprecios.

jueves, 3 de marzo de 2016

Museo de la Inquisición y Tortura (II)


He aquí la segunda entrega, que no por ello menos escalofriante, de los métodos de tortura, inventiva del "ser humano" para con los de su especie.


EL EMPALAMIENTO


La práctica de esta forma de tortura, reservada a los prisioneros de guerra, tuvo una amplia difusión en toda la Europa medieval, si bien sus origenes, se encuentra indiscutiblemente en el Medio Oriente. Con el fin de atemorizar a lo enemigos, los asirios, y posteriormente los turcos solian empalar a los prisioneros exponiéndolos sobre las almenas de los castillos conquistados o ante las fortalezas asediadas. 
Este suplicio consistía en traspasar el cuerpo del condenado con un palo de  madera fijado verticalmente en el suelo tras hacer sido introducido por en verdugo en el ano de la víctima. Con el propio peso de ésta el palo seguía introduciéndose en el interior del cuerpo hasta salir en muchas ocasiones.
La víctima en esta posición sólo podía esperar la muerte para así poner fin a su agonía y sufrimiento. Pero la crueldad horrible y refinada del verdugo hacía que ésta llegara tan sólo después de muchos días. De hecho cuando el palo era introducido en el cuerpo, tenia una inclinación determinada para no dañar órganos vitales. Además de que la punta del artilugio era redonda para así asegura que penetraba lentamente en el cuerpo.


EL CINTURÓN DE CASTIDAD 

Un imperecedero mito popular, aunque recogido en publicaciones académicas, mitifica el uso de este aparato.. La opinión tradicional es que el cinturón de castidad se usaba para garantizar la fidelidad de las esposas durante largar ausencias de los maridos y sobre todo-- nadie sabe porqué ya no quedan evidencias documentales que den soporte a tal idea-- de las mujeres de los cruzados que partían a Tierra Santa
Quizás alguna vez y no por durante mucho tiempo la "fidelidad" se garantizaba así por algunas horas pero nunca por tiempo muy dilatado 2 ó 3 días ya que una mujer ceñida de esta manera perdería en breve la vida a causa de las infecciones ocasionadas por acumulaciones tóxicas no retiradas, por no mencionar las laceraciones y abrasiones provocadas por el mero contacto con el hierro, eso sin cantar con la posibilidad de que ya existiese un embarazo en curso.
En realidad el uso principal del cinturón era muy diferente; era evitar violaciones..... una barrera frágil pero suficiente en determinadas épocas de acuartelamiento de los soldados en las ciudades.
Se sabe, por testimonios que algunas ancianas sicilianas y españolas aún recuerdan, como ese cinturón era colocado de manera voluntaria por las mujeres de la época.
Obviamente es un artilugio de tortura, quizás en un contexto diferente, autoimpuesto, para evitar el terror del macho y el miedo a sufrir la agresividad masculina. Pero aún asi con más razón es un elemento de tortura.


EL ANILLO AUTOMORTIFICANTE

 Este ingenio se utilizaba para impedir la erección del órgano genital masculino mediante las puas que llevaba en su interior.
A diferencia del cinturón de castidad femenino, que era una forma de humillación impuesta para asegurar la fidelidad conyugal y más a menudo  autoimpuesta para evitar agresiones sexuales, el anillo mortificante era una forma de sufrimiento que el hombre generalmente religioso se autoimponía voluntariamente para intentar alcanzar un estado de perfeccionamiento moral o espiritual más alto.
La necesidad de mortificación era una de las enseñanzas más recurrentes en la religión cristiana, como freno a la concupiscencia y como librea adhesión al sufrimiento redentor de Jesucristo: la salvación del alma a través de la mortificación de la carne. 
Preocupados por imitar  la pasión de Cristo y alejar las tentación pecaminosas de la carne los religioso se infringían  suplicios tales como cinturón de espinas, autoflagelación, el collar claveteado etc.


LA CUNA DE JUDAS

Este procedimiento prácticamente no ha cambiado desde la Edad Media hasta nuestros días. La víctima es izada por unas cuerdas atadas a sus extremidades y descendida sobre la punta de la pirámide, de tal manera que su peso reposa sobre el punto situado en el ano, en la vagina, bajo el escroto o bajo el cóxis.. 
El verdugo, según las indicaciones de los interrogadores,, puede variar la presión desde nada hasta todo el peso del cuerpo. Se puede sacudir a la víctima varias veces o hacerla caer repetidamente sobre la punta, ...vamos...al gusto!!!
La "cuna de Judas" se llamaba "la vigillia" en francés.