jueves, 31 de marzo de 2011

El Turco; el autómata que jugaba al ajedrez

Corría el siglo XVIII, conocido como el siglo de las luces, donde los  pensadores creían que la razón humana podía combatir el azote de la superstición, la ignorancia y la tiranía existente.
Las ganas de construir un mundo mejor hizo posible que la ciencia tuviera su puesto destacado durante este período.
En este marco se sitúa Wolfgang von Kempelen,  un científico eslovaco, consejero de la corte de Viena y excelente ajedrecista, que acostumbraba a jugar con la emperatriz de Austria María Teresa.
Y es ésta, su pasión por el ajedrez, lo que hace que  construya en el año 1769 a "El Turco", un autómata que jugaba al ajedrez.
Posteriormente se concibe como una farsa, ya que dentro del cajón donde se encontraba el autómata y mediante una ilusión óptica, se escondió durante todo el periplo del Turco, verdaderos ajedrecistas que llegaron a ganar incluso a Napoleón Bonaparte o a Edgar Allan Poe.
Es cierto que los autómatas existen desde la época del antiguo Egipto, donde habían estatuas de los dioses que sacaban fuego por los ojos, pero fue El Turco, quizás por haber sido el fraude más grande de su tiempo, uno de los más famosos.
Lo que no se va a discutir era el complejo mecanismo que lo componía.
A continuación les dejo la historia de este post.

El turco fue creado, en 1769, por Wolfang Von Kempelen (científico eslovaco) y dio su primera exhibición
ante la emperatriz Mª Teresa de Austria, sin que nadie entendiese como funcionaba.

La máquina era una gran caja, que si se abría sólo dejaba a la vista multitud de cables y mecanismos. El muñeco que aparecía sentado ante el tablero lucía un turbante y coloridos ropajes de seda, era "El Turco". Además tenía un brazo extensible que movía las piezas.

Tras su primera aparición su fama fue creciendo sin parar, siendo reclamado en varias ciudades para dar exhibiciones (Leipzig, Dresde, París, Londres...)

Muchos fueron los rumores sobre su funcionamiento: para los más influenciables era un pacto de Von Kempelen con el diablo, otros aseguraban que la máquina funcionaba a base de campos magnéticos y los más incrédulos opinaban que dentro de la máquina había un jugador que movía las fichas. La verdadera es esta última afirmación, se sabe que dentro del artilugio llegaron a estar los siguientes jugadores:

Kempelen

    *Johann Allgaier (1809), Boncourt (1818), William Lewis (1818-1819), Peter Williams (1819), Jacques F. Mouret (1820) y William Schlumberger (desde 1826). Todos ellos eran fuertes jugadores de la época, algunos incluso profesionales. Por ejemplo, Schlumberger era un asiduo al café de La Regence donde sólo era derrotado por Labourdonnais, se dice que Saint Amant fue su discípulo.

La máquina derrotó a infinidad de personajes famosos de la época, como: el Emperador José II, la Zarina Catalina II, Napoleón Bonaparte, Edgar Allan Poe, Federico II de Prusia o el Duque ruso Pavel.

El turco cambió de manos varias veces e incluso se idearon nuevos métodos de engaño. Maelzel hizo que dentro de la máquina se metiese un niño, que hacía los movimientos que le indicaba un maestro desde el público mediante señales secretas.

En 1838 falleció Maelzel y la máquina se exhibió en el museo chino de Philadelphia. Unos años más tarde, en 1854, la máquina quedó destruida en un incendio. Pero el misterio no desapareció con la maquina, ya que había sido descubierto unos años antes: un avispado espectador se había dado cuenta del engaño durante una de las exhibiciones en el museo, hasta esa fecha nadie había conseguido desentrañar sus misterios, aunque todo el mundo sospechase como era su funcionamiento.


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