martes, 9 de agosto de 2011

Kemper, el asesino de las colegialas

El hijo de Edmund Emil Kemper Jr.[3] y Clarnell Stage poseía un cociente intelectual de 136 y desarrolló un comportamiento sociopatológico desde muy joven: torturaba y asesinaba a animales, representaba rituales sexuales bizarros con las muñecas de sus hermanas y llegó a decir que, para besar a una maestra por la que se sentía atraído previamente tendría que matarla.

Si ya de por sí Kemper era extraño, su madre - de la cual se sospecha que era borderline - le obligaba a dormir en el sótano por miedo de que su hijo abusara de sus hermanas, algo que molestó a Edmund.

El 27 de agosto de 1964, a los 15 años, Edmund tiroteó a su abuela - con la que vivía en un rancho de unas 7 hectáreas[5] - mientras ésta estaba terminando su último libro para niños. Pero, la cosa no acabó ahí, puesto que cuando llegó su abuelo también le mató. Acto seguido llamó a su madre y la instó a que avisara a la policía, pues había matado a sus abuelos. Las declaraciones que dio a los agentes fueron las siguientes: él "sólo quería ver qué se sentía al asesinar a su abuela" y mató a su abuelo porqué sabía que se enfadaría por haber matado previamente a la abuela.

El quinceañero fue internado en el Hospital Estatal de Atascadero y, además de hacerse amigo de su psicólogo, se convirtió en su asistente. Gracias a su inteligencia, se ganó tal confianza del doctor que se le permitió el acceso a las pruebas aplicadas a otros internos. Gracias al aprendizaje que obtuvo de estas pruebas impresionó a su médico y consiguió el alta - algo muy discutido por otros médicos - demostrando después que había sellado para siempre su historial juvenil. Una vez libre se fue a vivir con su madre a Santa Cruz (California).

Kemper - de 2.05 m y más de 136 kg - trabajó en diversos sitios hasta llegar al Departamento Californiano de Transporte, en aquella época conocido cómo el Departamento de Obras Públicas en la División de Carreteras en el Distrito .

Entre mayo de 1972 y febrero de 1973, Kemper mató a diversas estudiantes que encontraba en la autopista, a las cuales llevaba a zonas rurales aisladas para matarlas - acuchillándolas, con arma de fuego o asfixia - y después trasladarlas a su apartamento donde practicaba necrofilia con posterior disecación. Normalmente, arrojaba los cuerpos a barrancos o los sepultaba en campos, pero en cierta ocasión enterró la cabeza de una víctima - de 15 años - en el jardín de su madre en una especie de broma enfermiza: él "siempre quiso que las personas la admiraran". Asesinó a 6 colegialas, incluyendo dos estudiantes de la Universidad de California - donde trabajaba su madre - y una del Cabrillo College. Curiosamente, después de discutir con su madre es cuando cometía los asesinatos.

En abril de 1973, Kemper golpeó repetida y violentamente a su madre hasta matarla con un martillo de zapatero, mientras ésta dormía. La decapitó, la violó sin cabeza - la cual usó como diana - y arrojó sus cuerdas vocales al triturador de la cocina. En su declaración, Kemper dijo que "eso parecía apropiado, tanto como ella me maldijo, gritó y chilló por muchos años". Pero la cosa no quedó ahí: invitó a casa a una de las mejores amigas de su madre - ajena a lo que había ocurrido - y la estranguló.

Se dirigió con el coche hacia el Este, sin escuchar en la radio ninguna noticia sobre sus asesinatos. Desilusionado, frenó y llamó a la policía para confesar que él era El asesino de las colegialas. Les confesó qué había hecho y donde podía encontrarle, además de reconocer su necrofilia y canibalismo.

Durante su juicio alegó locura, aunque fue hallado culpable de 8 cargos por asesinato. Pidió la pena capital, pero, al estar suspendida en Estados Unidos en aquel momento, recibió la cadena perpetua. Actualmente es uno de los presos de la Prisión Estatal de Vacaville.
Contemporáneo a Kemper, Mullin también asesinó a diversas personas, por lo que la ciudad fue bautizada cómo la Capital mundial del asesinato. Ambos asesinos llegaron a estar encerrados en celdas contiguas y Kemper estaba enfadado con Mullin porqué decía que éste le "robaba los sitios en los cuales descargaba sus cadáveres".

Además, tres años después de esta ola de asesinatos, John Linley Frazier continuó con ellos. De una manera similar al conocido asesino Charles Manson, Frazier mató a los cinco miembros de la familia del cirujano ocular Víctor Otha.

Una referencia de la Capital del asesinato aparece en la película Jóvenes ocultos (1987), rodada en Santa Cruz (California)
 Fuente: Wikipedia

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