domingo, 9 de diciembre de 2012

Un presidente sin florituras


Desde hace algunos años, ya bastante por cierto, me siento muy unida a Uruguay.

Ese paisito ,como los uruguayos mismos lo llaman,  y que recibe este nombre justamente por el río Uruguay y después de varios bautismos históricos (Banda Oriental, en la época colonial, Provincia Oriental, en los primeros años de la lucha independentista, provincia Cisplastina, durante la ocupación de portugueses y brasileños, y un largo etc), se denomina exactamente República Oriental del Uruguay, y creo personalmente que nos puede aportar algo que en estos tiempos que corren, nos vendría de perlas, no tanto, por supuesto a nosotros los ciudadanos de a pie, como a   esa raza depredadora que vive en nuestro mundo y a costa nuestra, LOS POLÍTICOS.

Aparte de no entrar en temas políticos, primero porque no pertenezco a esa "raza" y segundo porque, afortunadamente, no entiendo un carajo de ese sórdido e inhumano mundo, si que me gustaría que nos sirviera de ejemplo, a todos los ciudadanos del mundo, para que entendiéramos que las cosas pueden ser diferentes y que un Presidente es, simple y llanamente un personaje público que es elegido por el pueblo y que está ahí para hacer su trabajo, que no es otro que SERVIR, a los ciudadanos de su país.

¿Verdad que tu no tendrías a un trabajador al que le pagases 250 mil euros más de lo que cobras tu?, ¿a qué dicho así suena bestia?. Pues eso es lo que hacemos, cuando en realidad, un presidente, no podría cobrar jamás más que el español (hablando de España) que menos cobra en nuestro país.

Por lo menos eso es lo que creo yo y es lo que cree Mujica, presidente de esa República Oriental del Uruguay, que vive como uno más de su país, porque al fin y al cabo eso es lo que tendrían que ser, uno más y no uno diferente y con poder. Aquí el poder, que no se confunda nadie, lo da el pueblo, o por lo menos es lo que tendría que ser y lo que constitucionalmente es. Todo lo contrario sería dictadura, así que al pan, pan y al vino, vino, que no nos vengan con gilipolleces.

Toda esta perorata viene por algo y es lo siguiente Mujica, ese presidente ha dado todo un ejemplo al vivir como lo ha hecho siempre, es decir con lo suyo, no con lo de nadie, ni con lo robado o expoliado al pueblo por ser su presidente. 
Lean, lean y luego piensen si en el resto del "primer mundo" se hiciera igual.....


Mujica vive en su chacra de las afueras de Montevideo, en Rincón del Cerro, tal como había prometido. Lo rodea su esposa, la senadora Lucía Topolansky, la inseparable perra Manuela –nada de raza, nada de abolengo canino-, sus cultivos y mucho verde. Eligió para quedarse el lugar en el mundo que encontró hace años y le atrapó.

Desde allí dona a fondos de ayuda social un 90% de su salario, establecido en unos 12.500 dólares americanos. Cada mes, 'Pepe' Mujica recibe 250.000 pesos por su tarea como Presidente del Uruguay y Comandante en Jefe, pero de allí sólo rescata para su manutención mensual unos 20.000 pesos. El resto se distribuye desde el Fondo Raúl Sendic, que administra su fuerza política, el Movimiento de Participación Popular, que ayuda a emprendimientos productivos hasta simples colaboraciones, y ONG que colaboran con viviendas. Dice a los cuatro vientos que "con ese dinero me alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho menos".

Es el mismo que propone donar las jubilaciones presidenciales –esas astronómicas cifras que permanecen cobrando los ex presidentes constitucionales del país- y el mismo que utiliza un simple Chevrolet Corsa como vehículo de transporte oficial. A muchos años de la moto Vespa que utilizó para llegar al Parlamento a la salida de la dictadura, ya ungido como diputado, Mujica ha mantenido su perfil. Más acicalado que en épocas de proselitismo político, igualmente el protocolo es algo bien alejado de sus intenciones habituales.

El último ejemplo lo ubicó en la ferretería del barrio Paso de la Arena, hacia donde fue para adquirir una tapa para inodoro. Compró lo que iba a comprar, y acto seguido aceptó una invitación informal de los jóvenes de la zona, nucleados en el humilde club de fútbol Huracán. Sin seguridad, sin eufemismos, Mujica brindó una sencilla charla de aliento a los futbolistas que participan en el torneo de la Segunda División Profesional... aferrado a la tapa del inodoro recién adquirida.

De repente un Volkswagen Fusca, celeste, muy bien conservado, llegó a estacionarse frente al gimnasio del club. De alpargatas, con equipo deportivo, el Presidente dedicó varios minutos a los jóvenes deportistas, y prometió mayor atención a la institución además de convenir en "comer un asadito si el club asciende a Primera". Se sacó fotos, aceptó fotos, concedió abrazos y se fue con el aplauso de todos, abrazado a su perra Manuela que a estas alturas del mandato ya entiende de absolutamente todos los temas.

Ya de regreso a su chacra –esa finca que a lo lejos es custodiada por efímeras fuerzas policiales aceptadas a regañadientes por el mandatario uruguayo- Mujica continúa con su día. Revisa la tierra, mientras declara su auto VW Fusca como único patrimonio, valorado en 1.945 dólares.

De acuerdo a la última declaración jurada que presentó a la Junta de Transparencia y Ética Pública, Mujica sólo es dueño de este coche, mientras la chacra figura a nombre de la primera dama y senadora Topolansky, la cual también dona parte de su salario. Sin cuentas bancarias, sin deudas, el hombre dice dormir tranquilo, y asegura que espera culminar su mandato para descansar, más tranquilo aún, en su chacra de Rincón del Cerro.

Me comentaban hace años, que cuando Mujica era senador, tuvo en alguna ocasión problemas para acceder al senado puesto que cuando llegaba a ejercer sus funciones, lo hacía vestido sin florituras y montado en un ciclomotor, su ciclomotor, que prácticamente se caía a pedazos. Cuando llegaba al aparcamiento y hacía uso de su plaza, los policías se le acercaban increpándole que él no podía aparcar ahí porque ese parking estaba destinado al Senador Mujica, con lo que "el Pepe", como así se le conoce tenía que sacar su acreditación para demostrar que esa plaza de parking era la suya.

Me gustaría aquí hacer constar que no quiero ni entiendo de partidos políticos, ni me interesan,  me gusta entender de la Ciencia Política que al fin y al cabo es una ciencia social, pero que no tiene nada que ver con lo que vemos hoy en día.

No me siento identificada con esos señores que dicen que me representan. A mi, hoy por hoy, sólo me represento yo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Toma ya!!!

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