domingo, 4 de octubre de 2009
El hijo de Victor Manuel II y Adelaida, Humberto de Saboya, fue coronado rey de Italia en 1878 y ese mismo año ya surgió un atentado del que salió ileso.
Humberto I era el segundo rey de la recién constituida nación italiana; procuró acomodarse a los sucesivos gobiernos y trató de ser un dirigente liberal y popular.
El nuevo panorama político se completó con un fracasado programa de expansión colonialista y la sonada derrota del ejército italiano frente a los abisinios en la batalla de Adua en 1896.
La Italia del risorgimento y la unificación se asomaba al vacío. En mayo de 1898 el pueblo italiano se manifestó contundentemente, indignado por la dirección que había tomado el país. En Milán, estos movimientos reivindicativos fueron reprimidos por orden del presidente Francesco Crispi con una inusual brutalidad que se cobró cerca de cien vidas. Estos hechos acabarían determinando el futuro de Humberto I.
El anarquista Bresci
El mismo año en que fue coronado Humberto nacía Gaetano Bresci, un trabajador de la industria de la seda que emigró muy joven a Estados Unidos. Allí comulgó con los ideales anarquistas y poco después devino uno de los fundadores del periódico La Questione Sociale.
Se trataba de una publicación con muy pocos fondos, por lo que en un momento de crisis Gaetano tuvo que hacer una importante donación económica al periódico.
AL cabo de unos años, Bresci reclamó al mismo la devolución de aquel dinero.
Esto enervó a sus compañeros, que enseguida lo tacharon de traidor y materialista.
Lo que no sabían es que, con la ayuda de ese dinero, Bresci iba a firmar uno de los acontecimientos más impactantes de la historia de Italia.
El 29 de julio de 1900 Humberto I entró en una trattoria y quedó sorprendido por la cantidad de rasgos físicos que compartía con uno de los camareros. Animado por esa casualidad, Humberto I entabló conversación con aquel indivíduo, que resultó er el dueño del local.
Ambos hombres no sólo tenían un físico muy similar, el mismo nombre y la misma fecha de nacimiento. Además, el día en que Humberto fue coronado coincídia con el de la inauguración de la trattoria.
El monarca quedó tan impresionado ante el fenómeno que decidió invitarlo aquella misma tarde a un espectáculo atlético que se celebraría en Monz.
Horas después, el asiento reservado para tan especial invitado permanecía vacio. Su tocayo no aparecía.
De pronto, un mensajero salió al paso de entre el público para comunicarle que su nuevo amigo había sido acribillado en la puerta de su local.
(Según otras versiones había sufrido un accidente de caza)
El rey, conmocionado por el suceso, se disponía a subir a su carruaje cuando del frío cañón de una pistola negra surgieron las balas que le quitaron la vida.
Era el segundo Humberto, con la misma edad y con un parecido físico increible que moría en la misma jornada.
El autor de este suceso fue Bresci.
Fuente: Historia y Vida
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