miércoles, 16 de junio de 2010

Berdella, un asesino sin piedad

Robert Berdella nació en el pueblo de Cuyahoga Falls, Ohio en Estados Unidos el 31 de Enero de 1939 en el seno de una familia católica, fe en la cual fue bautizado a los 12 años. No se conoce gran cosa de su niñez ni de su familia excepto que tuvo un hermano llamado Daniel 7 años menor que el y que su padre falleció cuando contaba 16 años, en 1965. Supuestamente el señor Berdella sufrió un ataque cardiaco y lo que es el destino, Berdella mismo falleció de forma parecida. Poco tiempo después la madre de Robert se juntó con otro hombre, situación que le provocó mucho resentimiento. Para ese entonces ya identifica su orientación homosexual. Se supo que  fue violado por un compañero de trabajo del restaurante donde laboraba. Con seguridad este lamentable acontecimiento debió minar su fe al grado que desde esa temporada dejó de asistir a los servicios religiosos como acostumbraba.
Berdella relató que durante su adolescencia vio una película llamada The Collector ( El Coleccionista) que causó gran impresión en su persona. La trama de la referida cinta gira en torno a un hombre que vive una vida ordinaria y cuya única pasión es la recolección de mariposas. Conoce a una chica de la cual se enamora. Sin embargo desarrolla un plan para secuestrar a la muchacha con el fin de mantenerla cautiva y hacer que ella se enamore de el. Para tal efecto se muda de casa a un sitio cuyo sótano acondiciona para mantener a la dama. Después de no pocas dificultades y altercados la mujer cede y se enamora del protagonista. Vuelcos inesperados y un final aterrador ocurren en el transcurso de la película.
En 1967 a la edad de 18 años...
Berdella se inscribe en el Kansas City Art Institute para estudiar, obvio, artes. Nunca termino dichos cursos pero si aprovechó el viaje para convertirse en un drogadicto y alcohólico. No pasó mucho tiempo para que fuera arrestado por posesión y venta de estupefacientes, acusación por la que se declaró culpable. Le fue suspendida la sentencia por 5 años que se ganó esa vez. De nuevo fue arrestado por posesión de marihuana y LSD, aunque tras permanecer arrestado unos días fue liberado por falta de pruebas.
 A partir de 1968 entró como cocinero a un restaurante y a los 20 años se salió definitivamente de la escuela de artes. No era malo por cierto para las artes culinarias pues durante mucho tiempo desarrollaría con buen éxito el trabajo de cocinero. En Septiembre de 1969 se compraría la casa de Charlotte Street donde cometería los crímenes por los que sería mundialmente conocido.

De 1970 a 1980 su vida transcurrió con aparente normalidad. Como vecino era de conducta excepcional pues ayudó a conformar una patrulla vecinal contra el crimen. En el trabajo se convirtió en un chef de calidad colaborando para importantes restaurantes y clubes campestres. Para este entonces era ya abiertamente gay. Luego vinieron los cambios drásticos.

En 1981 renunció a su trabajo como chef para dedicarse de lleno a su negocio personal. Un puesto de parafernalia gótica llamado Bob's Bizarre Bazaar ubicado en un mercado local. Ahí comerciaba antigüedades y objetos raros. Sus tarjetas de presentación decían que tenía veneno en el cerebro y su extraño comportamiento era considerado como una treta publicitaria.

A los 33 años se involucra sentimentalmente con un veterano de la guerra de Vietnam, pero la relación no dura mucho tiempo y Berdella comienza a salir con prostitutos a quienes incluso lleva a vivir a su casa a cambio de compartir las labores de limpieza y manutención. Intenta encaminar a varios de ellos hacia el bien. Es un misterio saber por que Berdella súbitamente comenzó a torturar y asesinar hombres de la manera en que lo hizo. Generalmente ocurre un evento desencadenante de violencia y locura, pero en este caso ese hecho permanece en la oscuridad.


La primer víctima de Berdella fue el homosexual Jerry Howell viejo conocido y amante suyo a quien decidió castigarlo porque le había prestado dinero para pagar un abogado y ahora se negaba a reembolsarle algo de eso. El 4 de Julio de 1984 pasó por el y ya en su casa le suministró varios calmantes sin que Howell se diera cuenta. Una vez desmayado procedió a sodomizarlo sin parar y hasta empleó un pepino para continuar el ataque. Luego lo dejó bien atado y se fue a su trabajo. Al día siguiente continuó la tanda de torturas y humillaciones amen de inyectarlo con sustancias químicas con tal de mantenerlo sedado. Antes de la medianoche Berdella se convertía en asesino dado que Howell pasó a mejor vida. Aquello tomó por sorpresa a Berdella quien declaró que probablemente Howell se había ahogado con su vómito, proceso acelerado por las fuertes dosis de drogas a que lo había sometido. Luego lo colgó por los pies del techo para drenarle la sangre, aprovechando que la postura del cadáver le resultaba sexualmente excitante. Finalizado el desangrado lo cortó en pedazos con sus cuchillos de cocinero y empleó una sierra eléctrica para las partes difíciles. Empacó los restos en plásticos y papeles y los puso en la esquina de su casa para que el camión de limpia se los llevara. Así de sencillo había resultado para Bob Berdella cumplir sus torcidas fantasías.

Después de varios días Berdella se sentó a ponderar lo que había ocurrido y comenzó a escribir una bitácora abundante en detalles de las torturas y las reacciones de Howell. El documento estaba complementado con numerosas fotografías polaroid.
 El siguiente en caer fue Robert Sheldon, viejo amante de Berdella que había estado en su casa muchas veces ya, pero el 10 de Abril de 1985 entraría por vez final para salir hecho pedacitos. Sheldon recibió el mismo tratamiento cruel que Howell aunque esta vez añadió mas torturas a su repertorio, por ejemplo esta vez inyectó liquido para destapar caños en el ojo con el fin de cegarlo y que así fuera un esclavo sexual mas apto a sus fantasías. También le molió las manos a golpes hasta dejárselas inutilizadas. Pasaron cuatro días de este infierno para Sheldon hasta que un inesperado visitante interrumpió a Berdella. Para que no lo fuera a delatar con algún ruido o movimiento fuerte, Berdella envolvió su cabeza en una bolsa de plástico y murió asfixiado. Ocurrió la misma mecánica para la eliminación del cuerpo excepto que ahora Berdella decidió conservar la cabeza, que enterró en su patio.

Luego tocó turno a Mark Wallace, otro infortunado conocido de Berdella a quien aparte de lo demás le tocaron una serie de descargas eléctricas que terminaron hasta eso, pronto con su sufrimiento. Esa nueva tortura estaba aún en fase experimental.

En el mes de Septiembre James Ferris le pidió a Berdella si podía darle alojamiento en su casa. Ignorante de las sádicas manías de su huésped, Ferris pronto se vio en la antesala del infierno... para su buena suerte murió rápido debido a que Berdella lo drogó de manera equivocada. Hay que comentar que Berdella no tenía conocimientos médicos y usaba tranquilizantes y fármacos de uso veterinario en sus víctimas. Igual que los anteriores, los restos de Ferris fueron a dar al tiradero del condado.

Otro viejo conocido de Berdella, Todd Stoops cayó prisionero en la casa del terror. Stoops ya había vivido algunos encuentros anteriores y de hecho había dicho a la policía que algunos hombres reportados como desaparecidos habían estado con el dueño del Bob's Bizarre Bazaar y a pesar de sus sospechas no tuvo problema para entrar de nuevo en su casa, a la postre un error que pagaría con la vida misma. Todd era un hombre atlético y fuerte mientras que Berdella era panzón y falto de condición y quizá razonó que si llegara a darse una riña entre homosexuales, el saldría victorioso. Sin embargo una vez sometido le fue aplicada la peor tanda de sodomía. Berdella le introdujo por el recto su puño completo tras lo cual comenzó a sangrar profusamente. También le inyectó Drano por los ojos y las cuerdas vocales. Después de semanas con fiebre y severos tratos, la agonía terminó los primeros días de Julio de 1986.

El último en perecer a manos de Berdella fue el joven prostituto Larry Pearson a quien había conocido la primavera de 1987 y a quien introdujo en su domicilio a mediados de Junio. Inicialmente Pearson se portó mucho más cooperativo que el resto de las víctimas así que no hubo necesidad de aplicar tanta "disciplina" en el. Pero después de 6 semanas de esclavitud sexual Pearson decidió que aquello era suficiente y decidió rebelarse. Tal afrenta pronto fue contestada con una severa golpiza que le causó la muerte. Berdella conservó la cabeza de Pearson en el congelador. Luego sin razón aparente desenterró la cabeza de Sheldon y puso la de Pearson en el mismo espacio. Cuando fue cateado el domicilio la policía encontró el cráneo en un closet.

Pero la última víctima fue un sujeto de nombre Chris Bryson a quien resulta que Berdella subió a su coche tras invitarlo a una "fiesta". Cuando escapó de su cautiverio Bryson no quiso que la policía lo tomara como un prostituto ni insinuar que Berdella lo había recogido de una conocida zona de prostitución masculina. Una vez dentro del Toyota color café, comenzaron a beber cervezas y cuando llegaron al lugar de la fiesta, Bryson vio que era una casa de barrio común y corriente y que incluso el número de la misma era perfectamente visible. Cuando entraron al sitio, vio que el lugar era un completo desastre con basura y desechos apilados en cualquier esquina. El olor de perros e inmundicias era muy fuerte. Entonces Berdella le platicó que antes había sido estudiante de arte y quería enseñarle su colección de objetos que tenía en el piso de arriba y cuando llegaron al final de las escaleras recibió un fuerte golpe en la cabeza y cayó al suelo. De inmediato quiso reaccionar y defenderse pero Berdella había sido más rápido y pronto lo estaba inyectando con alguna sustancia. Por más que quiso repeler el ataque, pronto quedo paralizado y se desmayó. Al recobrar la conciencia se encontró completamente desnudo y atado en posición de águila, con los brazos y las piernas firmemente sujetos a los postes de una cama. No sabía ni cuanto tiempo había transcurrido ni se daba cuenta que Berdella le colocaba un collar de perro en el cuello pues volvió a desmayarse.

Entonces Bob comenzó a jugar con su nuevo esclavo sexual mientras este estaba inconciente, tocándolo y abusando de el en una suerte de regodeo sexual. Cada paso llevado a cabo era detalladamente descrito en una bitácora por Berdella. Habían pasado muchas horas hasta que Bryson recobró la conciencia de nuevo y vio que la luz del sol aparecía por las ventanas. Entonces comenzó a razonar en lo que su esposa estaría pensando ante su prolongada ausencia. Se dio cuenta que tenía un trozo de trapo en la boca a manera de mordaza y al querer moverse entendió que no podría liberarse por si mismo. Pero el bullicio que produjeron sus esfuerzos hizo que Berdella entrara al cuarto. Bryson creyó que recibiría alguna explicación o que le sería informado que era parte de un juego o algo y trató de hablar, pero cuando Berdella le quitó la almohada que tapaba su rostro se dio cuenta que estaba bajo la pesada influencia de alguna droga por la visión tan borrosa que experimentó. Quiso emitir una súplica a Berdella pero este reaccionó violentamente pues comenzó a darle de tingotazos en los ojos y con un cotonete le untó una sustancia que ardía terriblemente. No había nada que pudiera hacer mientras estaba a merced de su captor, lo único que le quedaba era sufrir todas y cada una de las torturas mientras figuraba la manera de escapar.

Luego Berdella se le sentó encima y comenzó a aporrearle las manos con una barra metálica. Acto seguido comenzó a hacer algo a la altura de las ingles de Bryson, en un primer instante este no pudo determinar que sucedía pero grande fue su horror al descubrir que le estaban colocando pinzas de corriente en el escroto y el muslo. Súbitamente sintió una fuerte descarga eléctrica que corría desde su torso bajo hasta el muslo, el intenso dolor de sus manos ya adoloridas se multiplicaba con la contorsión de su cuerpo al paso de la corriente. Con la mordaza solo alcanzó a emitir un apagado pujido de agonía. Al reaccionar vio un resplandor y escuchó un chirrido, entonces se dio cuenta que Berdella le tomaba fotografías con una cámara Polaroid.

Bryson entendió que había caído en manos de alguien de quien solo había escuchado en extraños relatos de horror, un sádico sexual que con toda seguridad jamás lo iba a dejar libre. No sabía que pensar y solo atinaba a preguntarse como es que había caído tan fácilmente en semejante predicamento. Una vez Berdella aplicó un par de toques mas, pareció aplacarse. Entonces le informó a Bryson de las reglas que debía obedecer para "llevar la fiesta en paz..." especialmente no debía resistirse ni tratar de gritar o hacer ruidos pues los castigos podrían continuar y ponerse peores aún.

La siguiente vez que alcanzó a reaccionar, Berdella llegó y le informó que ahora era un juguete sexual y que no habría de ir a ninguna parte. Los castigos habían sido para enseñarle cual era su nueva situación, y habría mas en caso de ser necesarios si no iba a terminar en la basura igual que los "otros" y para convencerlo de esta última sentencia, le mostró fotografías de hombres en diversas poses y en las que algunos lucían muertos o al menos dormidos, pero no se podía saber. Todas las instrucciones giraban en torno a ser completamente sumiso y obediente en su nuevo rol de esclavo sexual.

Durante 4 días Bryson fue objeto de humillantes abusos y violaciones por parte de Berdella, pero llegó el momento en que este cometió un error. Como premio a su comportamiento, le ato las manos al frente, en vez de atarlas a los postes de la cama. Cuando Berdella abandonó la casa se dio a la tarea de liberarse. Después de soltarse saltó por la ventana del cuarto. Fue entonces que un vecino pudo ver a un hombre saltar del segundo piso de la casa de Berdella usando por única vestimenta un collar de perro y una correa. Este vecino al auxiliar al hombre desnudo fue quien realizó la primera llamada a la policía.

Cuando los oficiales arribaron al lugar de los acontecimientos sabían que debían actuar con cautela pues imaginaban que se enfrentaban a una pelea entre amantes homosexuales. Situación que no era extraña en los barrios de la ciudad y para la cual ya habían desarrollado un protocolo de acción. Auxiliaron a Bryson y le cubrieron con una manta. Cuando este pudo reunir las fuerzas necesarias comenzó a relatar su terrible historia. Aquello era más de lo que esperaban escuchar los oficiales así que el siguiente paso era escuchar a la otra parte y para tal objetivo esperaron a que el dueño del lugar llegara para interrogarlo. Por muy grave o fantástica que resultara la queja de un sujeto como Bryson debían corroborar cada dato y acusación.

Cuando Berdella llegó a su casa, fue abordado por los oficiales que habían quedado a cargo en el lugar y le informaron que estaba bajo arresto por ser sospechoso de asalto sexual contra un hombre llamado Chris y le pidieron que firmara una hoja donde concediera permiso a los oficiales de entrar a su domicilio. Berdella simuló incredulidad y se negó a que su casa fuera allanada por la policía. Llegando a la estación solicitó un abogado. Para este momento la policía aún consideraba que el asunto podía ser no mas que un pleito entre dos hombres de los cuales uno involucraba a las autoridades para presionar al otro. Pero por si las dudas, los oficiales decidieron seguir paso a paso con los procedimientos hasta llegar al final del asunto. Mas que nada es loable el olfato de la policía que no desechó la idea de que si Bryson había sido realmente torturado por días y advertido de muerte si no cooperaba, tal vez hubiera otras víctimas involucradas. Ahí estaba el detalle.


Dentro de la casa de Berdella tuvieron que asegurarse tres perros Chow Chow antes que los detectives pudieran comenzar a trabajar. La casa era tal cual la había descrito Bryson, un total desorden lleno de basura por doquier. En la planta baja nada fuera de lo normal fue hallado, pero guiados por el relato de la víctima subieron las escaleras. Justo como esperaban, había un cuarto cerrado con una televisión y una cama. En el suelo había trozos de cuerda chamuscados, pues así había escapado Bryson quemando sus ataduras con cerillos tirados en el suelo. En una inspección más cercana vieron que los postes de la cama tenían los bordes muy gastados como si hubieran sido empleados con las cuerdas muchas veces, tal vez para atar a más gente aparte del actual quejoso. Junto a la cama descubrieron un dispositivo eléctrico del que salían algunos cables que subían por el colchón. En una mesita cercana encontraron varias jeringas listas para usarse. También algunos frascos de gotas para los ojos y líquidos en apariencia drogas aparte de algunas revistas pornográficas tiradas en el suelo. En otro cuarto vieron fotografías de Bryson donde aparecía atado y con cara de sufrimiento. Y a pesar de toda la evidencia hallada, aún no había un grave delito que perseguir. Sin embargo en el cuarto que parecía ser el dormitorio de Berdella la policía encontró un par de cráneos y unos dientes, lo cual los instó a buscar con más profundidad. Entonces aparecieron unos casetes de audio con descripciones de las torturas y más fotos polaroid donde aparecen otros hombres en similares poses que Bryson inclusive algunos lucen ya como cadáveres.

El posterior análisis de la bitácora de Berdella reveló la mentalidad de un sujeto en constante necesidad de tomar el control de sus víctimas. Estaban registrados con sumo detalle cada acto cometido y la subsiguiente reacción. Hasta movimientos mínimos eran registrados, fuera en conciencia o en desmayo.

Nuevas ordenes de registro fueron giradas tras los últimos hallazgos. Una flota de forenses ocupo el lugar en busca de huellas dactilares y para empacar toda clase de objetos que tenían lo que parecía ser sangre embarrada. Todas las fotos y demás evidencia fueron catalogadas minuciosamente. Entre mas escarbaban el lugar mayor evidencia surgía que incriminaba a Berdella. De suponerse una simple riña entre amantes varones, ahora parecía la policía lidiar con un caso grande y grave. En otro closet de la casa se halló guardada una columna vertebral humana, así como libros y extrañas máscaras que sugerían la práctica de algún rito satánico. Más tarde Berdella negaría que practicara tales artes de lo oculto. Las autoridades comenzaron a interrogar a los vecinos acerca de Berdella. Nadie aportó ningún dato revelador, pues todos consideraban a Bob como un vecino amigable y hasta ejemplar. No faltaba algún chisme que circulara en torno suyo pero nada concluyente. A final de cuentas resultó que Berdella si había sido investigado años atrás por la desaparición de Howell y Ferris, recordemos que Stoops había sido el soplón anteriormente. Aunque los oficiales tuvieron bajo vigilancia a Berdella, el caso se vino abajo por falta de evidencias. Eventualmente Stoops también desaparecería a pesar de las advertencias de que no se metiera más con Berdella, quien por cierto era bien conocido en los círculos homosexuales y era considerado bastante "peligroso..." aunque nadie dijo realmente el porque.

Las labores de reconocimiento continuaron en el hogar de Berdella donde los detectives se enfocaron en el patio particularmente un sitio donde la tierra parecía haber sido removida poco tiempo atrás. Cuando excavaron se halló un cráneo todavía con vértebras y trozos de piel y cuero cabelludo. Inicialmente se pensó que el lugar podría estar infestado de cuerpos como la casa de John Wayne Gacy, pero a pesar de las numerosas excavaciones no se encontró nada. Ante la evidencia se estableció la urgencia de identificar si los restos hallados en la propiedad correspondían a los sujetos de que se describía en la bitácora de Berdella, siendo así se podían ya levantar cargos formales de homicidio contra el sospechoso. Para tal efecto los cráneos fueron llevados a la universidad de Kansas para ser analizados con todo rigor por un equipo de estudiosos liderado por el Dr. Finnegan. Tras los estudios se determinó que los restos correspondían a hombres de entre 21 y 32 años de edad al tiempo de su muerte y que no llevaban más de año y medio que habían fallecido. En cuanto a la causa de muerte, esa permanecía desconocida siendo necesario contar con el resto del cadáver para poder determinarla con precisión. Una sierra también fue decomisada y estudiada acuciosamente. Resultó tener entre sus dientes fragmentos de cabellos, hueso y sangre. Todo fue preservado para emplearse como evidencia crítica en caso de llegar a juicio.

En un cuarto de la casa, con Luminol se detectó la presencia de sangre en grandes cantidades por el suelo. Cuando se aplico el mismo tratamiento a cubetas y recipientes hallados en el lugar dieron iguales resultados. Por evidencia no paraban los forenses, pero el problema principal es que se carecía de cadáveres.

De forma por demás asombrosa se llegó a la conclusión de que alrededor de 20 hombres figuraban en las fotos encontradas. Era muy complicado identificar a cada uno. Al final quedó claro que de todos ellos muchos no estaban muertos, inclusive se sabía que acaso disfrutaran el tratamiento sádico de Berdella. Muchos otros hombres habían estado en la casa del sospechoso sin ser requeridos para favores sexuales. Era difícil de creer pero Berdella de entre todas sus posibles víctimas elegía solo a algunos para someterlos a la esclavitud sexual. El primer cráneo resultó pertenecer a Larry Pearson y la policía procedió a acusarlo de homicidio.


En un rápido movimiento Berdella se declaró culpable de la muerte de Pearson. Usualmente hubiera sido al contrario, pero el argumento detrás del audaz giro de su defensa fue evitar la pena capital si se encontraba evidencia de varios crímenes en su contra. Así por un solo asesinato y estableciendo ciertos atenuantes podían bajar de grado la sentencia del juez. Después de la identificación positiva de los restos de Sheldon el fiscal buscaba la pena de muerte, y esta vez la defensa ofreció un trato. Berdella realizaría una completa confesión de todos sus crímenes a cambio de cadena perpetua. El trato fue aceptado. La necesidad de conocerlo todo a detalle, en aras de las víctimas pesó más que freír en la silla eléctrica a Berdella. Comenzando el 13 de Diciembre y bajo juramento la declaración fue registrada y duró cerca de 3 días, al final el documento llenaba más de 700 páginas. Después de un corto juicio Berdella comenzó a purgar su condena. La prensa aún perpleja por la increíble historia que acababa de surgir no soltaba al homicida acusándolo una y otra vez de ser satánico y asesino. En respuesta Berdella declaró que era una persona normal y buena, muy a pesar de sus anteriores actos y para demostrarlo constituyó un fondo para las familias de sus víctimas con una suma inicial de 50,000 dólares.

Luego de permanecer solo 4 años en prisión Berdella falleció el 8 de Octubre de 1992 de "causas naturales" aunque algunos sugieren que fue envenenado en prisión. Una de sus últimas quejas fue que los guardias no le suministraban sus medicamentos para el corazón. Los restos de todas sus víctimas nunca fueron encontrados, se piensa que aún permanecen en el relleno sanitario donde descargaba el camión de la basura que pasaba por Charlotte Street.

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