martes, 25 de enero de 2011
Hoy vamos a derribar un mito bastante humano, por expresarlo de alguna manera, aunque sinceramente expresar, expresar ya no es un término único para nuestra especie
Hasta ahora hemos creído que la capacidad para poder hablar sólo era practicada por la raza humana.
Claro que el hecho de no comunicarnos verbalmente no significa que no podamos hacerlo por otros métodos, por ejemplo el lenguaje de usado por los sordomudos.
Además, seamos realista, el idioma más imperfecto que existe es la palabra, y muchas cosas, las realmente importantes no necesitan de ellas para poder contarse.
Claro que el hecho de no comunicarnos verbalmente no significa que no podamos hacerlo por otros métodos, por ejemplo el lenguaje de usado por los sordomudos.
Además, seamos realista, el idioma más imperfecto que existe es la palabra, y muchas cosas, las realmente importantes no necesitan de ellas para poder contarse.
Esto, junto cono una buena dosis de paciencia es lo que debío pensar Penny Patterson
Todos los días durante 30 años la doctora Penny Patterson ha ido enseñando a Koko, una hembra de gorila, a expresarse en el lenguaje de los sordomudos. Hoy es capaz de inventar palabras cuando no le bastan las 1.000 que ya conoce.
Koko es el primer gorila al que se ha enseñado un lenguaje de signos. Con un vocabulario de más de 1.000 palabras y un cociente intelectual de 80 sólo 10 puntos por debajo de lo que la Organización Mundial de la Salud considera «normal» en una persona , se trata del primer ejemplar de su especie que se expresa en un lenguaje comprensible para el hombre y entiende el inglés oral. Vive en un recinto en las montañas de Santa Cruz, en California, y tiene su propia caravana con una especie de nido con mantas en una esquina que le sirve de cama y un orinal que ha aprendido a utilizar. . «Frío, malo; Gorila odia», me dice.
Son sus conversaciones con la Doctora Penny Patterson, de 53 años, las que realmente atraen su atención. «Todos los días me asombro ante sus capacidades», explica esta profesora, que lleva más de 30 años enseñando a hablar a la gorila.
Empezó por adiestrarla en signos que expresaran ideas básicas como beber, comer o más y premiándola con comida cada vez que lo hacía bien. «Aquello se llegó a convertir en ese mismo tipo de aprendizaje a base de premios que se emplea con los perros o con los gatos», recuerda Patterson. «Pero pronto empezó a combinar signos, lo que me persuadió de que era capaz de mucho más». Hoy Koko es tan hábil en el uso del lenguaje de signos que, si no sabe una palabra, la inventa. Por ejemplo, no conocía la palabra anillo, y combinó los signos de dedo y pulsera para decirlo. Y no son sólo palabras. Las tres décadas de trabajo diario con Koko han servido a la doctora Patterson para constatar que en los gorilas se encuentran, aunque de manera más primitiva, prácticamente todos los aspectos de la conducta humana, desde el sentido del humor al miedo, la tristeza o los juicios morales. Cuando un visitante le pidió que le mostrara algo que le asustara, ella alzó un espejo hasta su cara. Cuando un coche atropelló a un gato que la doctora le había regalado, dijo por medio de signos: «Llorar, triste, enfadada»...
Ahora, la doctora Patterson quiere que Koko tenga descendencia.«Koko quiere tener hijos desesperadamente. Ella misma me lo ha dicho». La idea de comprobar si la gorila enseñaría a sus retoños el lenguaje de signos que ella misma ha aprendido resulta muy tentadora para muchos biólogos. Pero habrá que esperar. De momento, todos los esfuerzos realizados para que Koko quedara preñada han sido baldíos. "
Todos los días durante 30 años la doctora Penny Patterson ha ido enseñando a Koko, una hembra de gorila, a expresarse en el lenguaje de los sordomudos. Hoy es capaz de inventar palabras cuando no le bastan las 1.000 que ya conoce.
Koko es el primer gorila al que se ha enseñado un lenguaje de signos. Con un vocabulario de más de 1.000 palabras y un cociente intelectual de 80 sólo 10 puntos por debajo de lo que la Organización Mundial de la Salud considera «normal» en una persona , se trata del primer ejemplar de su especie que se expresa en un lenguaje comprensible para el hombre y entiende el inglés oral. Vive en un recinto en las montañas de Santa Cruz, en California, y tiene su propia caravana con una especie de nido con mantas en una esquina que le sirve de cama y un orinal que ha aprendido a utilizar. . «Frío, malo; Gorila odia», me dice.
Son sus conversaciones con la Doctora Penny Patterson, de 53 años, las que realmente atraen su atención. «Todos los días me asombro ante sus capacidades», explica esta profesora, que lleva más de 30 años enseñando a hablar a la gorila.
Empezó por adiestrarla en signos que expresaran ideas básicas como beber, comer o más y premiándola con comida cada vez que lo hacía bien. «Aquello se llegó a convertir en ese mismo tipo de aprendizaje a base de premios que se emplea con los perros o con los gatos», recuerda Patterson. «Pero pronto empezó a combinar signos, lo que me persuadió de que era capaz de mucho más». Hoy Koko es tan hábil en el uso del lenguaje de signos que, si no sabe una palabra, la inventa. Por ejemplo, no conocía la palabra anillo, y combinó los signos de dedo y pulsera para decirlo. Y no son sólo palabras. Las tres décadas de trabajo diario con Koko han servido a la doctora Patterson para constatar que en los gorilas se encuentran, aunque de manera más primitiva, prácticamente todos los aspectos de la conducta humana, desde el sentido del humor al miedo, la tristeza o los juicios morales. Cuando un visitante le pidió que le mostrara algo que le asustara, ella alzó un espejo hasta su cara. Cuando un coche atropelló a un gato que la doctora le había regalado, dijo por medio de signos: «Llorar, triste, enfadada»...
Ahora, la doctora Patterson quiere que Koko tenga descendencia.«Koko quiere tener hijos desesperadamente. Ella misma me lo ha dicho». La idea de comprobar si la gorila enseñaría a sus retoños el lenguaje de signos que ella misma ha aprendido resulta muy tentadora para muchos biólogos. Pero habrá que esperar. De momento, todos los esfuerzos realizados para que Koko quedara preñada han sido baldíos. "
Es alucinante verlas en "acción".
Les paso el vídeo y vean por ustedes mismos
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