domingo, 6 de marzo de 2011

Joseph Vacher; el destripador de Francia

Sabemos que Inglaterra tuvo uno de más famosos destripadores que la historia haya dado, su nombre Jack el Destripador, por otro lado, también aunque menos conocido es el Destripador de Rostov, pero la vecina Francia también tuvo su famoso destripador y tan letal como cualquiera, eso sí en época más cercana a la de Jack, con muchísimas más víctimas en su haber pero con un tanto menos de publicidad que "su colega" inglés.
Jack nunca fue encontrado (por lo menos no para ser ajusticiado), dato que no puede aplicarse al descabezado Vacher.

A continuación les dejo su historia:

Conocido como el destripador de Francia, Joseph Vacher fue un asesino serial que conmocionó a la población local en el siglo XIX. Su apariencia atemorizaba pues su rostro estaba desfigurado debido a
un intento de suicidio, su atuendo siempre iba acompañado de un sombrero de piel de conejo. Su apodo de destripador lo ganó con su modus operandi, ya que mutilaba a sus víctimas con brutalidad e incluso se ensañaba con sus cadáveres.

El origen del demente
El destripador de Francia nació el 16 de noviembre de 1869 en Bourg-en-Bresse, Beaufort, Francia. Era hijo de una familia de granjeros, y como era la tradición fue enviado a realizar sus estudios en una estricta escuela católica, donde aprendió obediencia y a temer a Dios. La niñez de Joseph estuvo vinculada al campo y pronto su perturbada mente empezó a experimentar torturando animales y golpeando a las jóvenes campesinas con las que solía tener relaciones sexuales.

Cuando Joseph tenía 19 años, en 1889, fue arrestado por intentar violar a un niño. Vacher escapó de las necesidades y el hambre que se vivían en su hogar (era el último de 15 hermanos en su familia) uniéndose al ejercito. Su lento progreso dentro de la milicia, seguido de un ataque depresivo lo condujo a su primer intento de suicidio tras cortarse la garganta sin éxito.

En 1893 mientras aún estaba en el ejercito, se enamoró de una joven sirvienta llamada Louise, mujer a la que trató de cortejar en varias ocasiones, pero ella rechazaba sus avances. Cuando Joseph culminó su servicio militar le propuso matrimonio, pero la joven se burló de él. Vacher tras el rechazo comenzó a mostrar su malvada personalidad y le disparó cuatro veces, aunque por suerte ella sobrevivió, pero quedó gravemente herida.

Tras el intento de asesinato el soldado psicópata intentó suicidarse al dispararse en la cabeza dos veces, una de las balas se alojó en su cráneo, cerca de su oreja, como consecuencia de esto los músculos de su rostro derecho se paralizaron al igual que su ojo, la bala permaneció en su cabeza hasta el día de su muerte. Después de este evento Joseph terminó mentalmente inestable y fue ingresado a la institución mental Dole en Jura.

Sanatorio Dole
Una vez internado, Vacher escapó a los pocos días, pero fue  capturado cuando apareció el cadáver de un joven de 17 años con múltiples puñaladas y el abdomen abierto. Joseph se declaró culpable y lo ingresaron en el sanatorio. Aunque el tratamiento médico no hizo nada por él, los doctores le dieron de alta tras ser considerado completamente curado y así fue liberado en abril de 1894.

Tras su liberación, Vacher de 24 años se convirtió en un vagabundo y durante los siguientes 4 años, viajaba de pueblo en pueblo por el sur de Francia, también desde Normandía a Provenza, sobreviviendo con las limosnas que pedía tras tocar su acordeón y como jornalero en granjas clandestinas.

Años oscuros y captura
Durante este tiempo descuartizó seis mujeres y cinco adolescentes, su degenerada mente hizo que tuviese relaciones con los cadáveres y posteriormente mutilaba sus órganos sexuales. Vacher acechaba a sus víctimas cuando estaban solas, para atacarlas con su cuchillo. Muchas de las personas que mató eran pastores que cuidaban ovejas en el campo. Su perversión hizo que comiera sus vísceras, bebiera su sangre, e incluso les sacaba los ojos.

Las víctimas de Vacher eran apuñaladas repetidamente, también se encontraron cadáveres  destripados, violados y sodomizados.

La última presa del destripador de Francia fue la razón de su captura. Cuando el 4 de agosto de 1897, Joseph atacó a una mujer en el campo Ardèche mientras recolectaba piñas, ella se resistió y sus gritos de auxilio alertaron a su esposo e hijo, los dos capturaron a Joseph y lo llevaron a la policía. Sin embargo las autoridades tenían pocas evidencias sobre la participación de Vacher en los brutales asesinatos, y por su ofensa lo sentenciaron a 3 meses en prisión.

De inmediato se llevó a cabo una prolongada investigación psiquiátrica dirigida por el eminente profesor Alexandre Lacassagne, quien diagnosticó a Joseph legalmente cuerdo y apto para ser enjuiciado. El profesor llegó a esta conclusión debido a que el asesino detalló con exactitud los asesinatos que había cometido, y que en su bolso llevaba lazos previamente cortados, y la navaja plegable de mango de madera con la que apuñalaba a sus víctimas.

Joseph fue juzgado por matar a un joven pastor en 1895, pronto se descubrió que también asesinó a una anciana, cinco mujeres pastoras y cinco jóvenes pastores. Se cree que en sus viajes Vacher asesinó alrededor de 30 personas. En un desesperado intento para ser condenado como demente el asesino se dirigió a la corte sin permiso con gritos que decían:

“Gloria a Jesús!, Larga vida para Juana de Arco!” entre otras frases de origen religioso.

Durante el juicio, Vacher sin ninguna razón aparente escribió una carta al juez confesando:

“Si, yo cometí esos crímenes, los hice en momentos de ira”. En la carta se declaraba demente tras haber sido mordido por un perro rabioso cuando él tenía 8 años, por esto su sangre quedó permanentemente envenenada.

El destripador de Francia fue sentenciado a muerte el 28 de octubre de 1898, la multitud aplaudió ante el veredicto. Y el 31 de diciembre de del mismo año fue llevado a empujones hacia el cadalso, debido a que rehusaba a avanzar, la multitud aplaudió cuando la cabeza de Joseph Vacher fue cercenada por la guillotina y rodó por el piso
Cabeza guillotinada de Vacher


El legado de Vacher
Aunque las investigaciones posteriores a su muerte, no hallaron el resto de todos los cuerpos, algo bueno surgió gracias a Vacher. En 1912 se creó una ley que fichaba a todos los vagabundos y errantes que merodeaban en Francia, también se crearon brigadas móviles de la policía judicial, las cuales se conocerían como brigadas del tigre encargadas de que el caso de Joseph Vacher no se volviera a repetir aumentando la seguridad en las zonas rurales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este asesino en serie también violaba y sodomizaba varones (niños o adultos), esta característica es una constante en todos estos "serial killers", en la cual dejan entrever su homosexualidad.
No lo dice la noticia, pero es posible que de pequeño haya sufrido algún ataque homosexual y eso lo dejó marcado de por vida.
Es por ello que debemos cuidar a nuestros hijos, cuidarlos de que puedan ser violados y por otro lado, darles todo nuestro amor de padres para que no se perturben por falta nuestra. Es increíble que la imagen paterna es muy importante y la falta o más bien, falla de un padre puede incubar una mente psicopática.

Anónimo dijo...

Hay que tener mucho cuidado con la comunidad homosexual de cada país, pues se muestran como gente oprimida, discriminada y con falta de participación.
No nos engañemos, entre estos pervertidos sexuales se ocultan potenciales criminales, los cuales sólo necesitan una oportunidad para cometer violaciones homosexuales y otros crímenes contra nuestros hijos.

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