viernes, 18 de septiembre de 2009
Existen cuatro tipos principales de té (blanco, verde, Oolong, y negro), a ellos hay que sumar las múltiples variedades existentes en cada categoría. De estos cuatro tipos principales de té derivan más de 3000 clases de tés diferentes en todo el mundo.
En oriente, concretamente en China y Japón, se consume principalmente el llamado "te verde" (sin fermentar), mientras que en Europa, se consume mayoritariamente el "té negro" (fermentado). Entre ambas categorías se sitúan los tes semifermentados (té Oolong).
Té blanco
Se produce a escala muy limitada lo que explica el elevado precio que alcanza en el mercado. China y Sri Lanka son los principales exportadores. Las yemas nuevas se recolectan antes de que se abran, se dejan marchitar para que se evapore la humedad natural y a continuación se desecan. Las yemas rizadas presentan un aspecto plateado (a veces se las denomina Silver Tip) y de ellas se obtiene una infusión de color pajizo muy pálido.
Té no fermentado
Del peso seco de una hoja, un 30% son polifenoles. El té verde es un ejemplo. La elaboración se inicia al dejar secar las hojas recién cogidas, a las que después se aplica un tratamiento de calor para detener la fermentación que provocaría la descomposición de la hoja. Concretamente se someten a un proceso de cocción al vapor y de secado al fuego que detiene la fermentación de las enzimas. Las hojas luego se extienden y se secan antes de que se les prenda un último fuego que impide cualquier fermentación.
Té semifermentado
Las hojas de té semifermentado contienen un 20% de polifenoles. El té Oolong es un té semifermentado que se elabora principalmente en China y en Taiwán. Se encuentra entre el té negro y el té verde. Los brotes tiernos del té se ponen a secar al aire libre entre 30 y 60 minutos, luego se secan, en una habitación cerrada, extendiéndolos suavemente con la mano, durante 6 a 8 horas. Al resecarse, el proceso de fermentación se detiene, y entonces se procede a la extensión y el secado. Después de secarse al fuego una última vez, el té Oolong se separa en grupos y se empaca en latas de té o bultos a granel.
Té de fermentación completa
En este té, el contenido de polifenoles es del 10%. Su representante es el té negro. Los métodos y variedades difieren considerablemente según la región productora, pero el proceso siempre incluye cuatro pasos básicos: marchitamiento (para hacer flexible la hoja y poder enrollarla sin que se rompa), enrollado (para romper las células y facilitar las reacciones químicas de la fermentación), fermentación (la verdadera transformación para convertirse en té negro) y secado (detiene la fermentación en el momento deseado).
Con el método tradicional "ortodoxo" se obtienen partículas más gruesas. Con el método CTC (triturar, cortar, enrollar) las hojas quedan más desmenuzadas, lo que resulta ideal para las bolsitas de té por ser la infusión más rápida y fuerte.
El té negro es el más aromático, debido a que con la fermentación se originan, a partir de los polifenoles, numerosos compuestos principalmente de tipo aromático.
Fuente: En buenas manos
El té verde contiene compuestos antioxidantes que son muy beneficiosos para luchar frente a determinados tipos de cáncer y en la reducción de los efectos propios del envejecimiento.
contiene altos niveles de unas sustancias llamadas polifenoles, que poseen propiedades antioxidantes, anticancerígenas e incluso antibióticas. El té verde también puede ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas y del hígado
El té blanco ha sido descubierto recientemente como el antioxidante más potente de la naturaleza.
Los radicales libres causan una oxidación de las células que, en ocasiones, pueden provocar cáncer. Gracias a estos polifenoles se neutraliza la acción de los radicales libres.
Por otro lado, el té blanco es capaz de proteger la producción de lípidos 10 veces mejor que el té verde. Además este té por sí solo es bastante más eficaz que la vitamina C y la vitamina E juntas.
El té negro ha quedado un poco desplazado por la interrupción en el mercado del té verde y del té blaco, pero nadie duda de sus propiedades
Es astringente: es ideal su consumo para tratar diarreas y colitis.
Es antioxidante
Es diurético
Es reconfortante y bajo en calorías, nos da sensación de saciedad
Es estimulante
El té de oolong aumenta las defensas, preserva el sistema cardiovascular y también colabora con la prevención del cáncer. Tiene importantes propiedades rejuvenecedoras, además de combatir las grasas y favorecer la pérdida de peso. Además es un regulante natural del colesterol y, por si fuera poco, dicen que tiene un importante efecto para las resacas.
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