jueves, 10 de septiembre de 2009
Como cura la aromaterapia ha sido una pregunta habitual a lo largo de la historia pero ahora ya sabemos la respuesta conociendo su composición química. Cada una de sus moléculas incide sobre nuestro cerebro activando una función o una emoción concreta.
La aromaterapia basa su eficiencia terapéutica en el empleo de los aceites esenciales. Los aceites esenciales están compuestos por infinidad de moléculas que son sintetizadas como parte de los requerimientos metabólicos de las plantas aromáticas. Dentro de ellas cumplen múltiples funciones, siendo las más conocidas la atracción de polinizadores, ahuyentar a los posibles depredadores y marcar el territorio.
¿Nos sirve a aromaterapia a los seres humanos?
Por supuesto; sólo basta imaginar o percibir un aroma vegetal como el de la rosa. Inmediatamente al llegar el aroma a nuestras fosas nasales, empezamos a tratar de imaginar las características de la flor, aun cuando no la veamos. No sabemos en que momento el proceso de identificación del olor pasa a ser un proceso emocional. Si el aroma es agradable para el receptor se desencadenan una serie de emociones, sensaciones, recuerdos, que serán igual de agradables. Con ello nuestra mente esta inmersa en un estado de bienestar general que en el cuerpo se refleja cono relajación muscular, baja de frecuencia respiratoria y cardiaca y la sensación de ser feliz. Estas acciones son las importantes para permitir al cuerpo procesos de reparación y descanso, tan necesarios en las enfermedades, tanto físicas como de origen emocional.
¿Cómo cura la aromaterapia?
El sistema nervioso y el aparato respiratorio están íntimamente conectados. Las neuronas olfatorias, que son células del cerebro, están casi expuestas al exterior a través de la mucosa respiratoria en la cavidad nasal. Cuando una molécula aromática llega a la cámara nasal, es atrapada por el moco y desencadena una serie de estímulos que impactarán al cerebro en la región conocida como Hipotálamo. El hipotálamo es el sitio del cerebro donde se encentran los recursos necesarios para realizar la identificación de olor. Pero también es el sitio donde se encuentran reguladas muchas de las funciones que tienen que ver con la regulación de funciones vitales como la frecuencia respiratoria, la temperatura corporal, el apetito, la libido, y un largo etc.
Es así que mientras tratamos de identificar un olor, en el cerebro se están poniendo, a la vez, en marcha otras funciones que actuarán sobre nuestro organismo(relajarnos o activarnos; activar nuestro sistema linfático o inmunológico; etc.). Si regresamos al ejemplo de la rosa, además de saber que se trata del olor de una rosa, podemos inmediatamente evocar recuerdos, sensaciones, e incluso eventos completos: como, cuando, donde y el estado emocional de aquel instante preciso.
Composición de los aceites esenciales
Los aceites esenciales son líquidos aromáticos que cuando son analizados están compuestos por aproximadamente 150 moléculas diferentes. Sin embargo, podemos agruparlos en las siguientes familias químicas:
* Aldehídos: son hipotensores y sedante, como es el caso de la melisa, el limón y la palmarosa.
* Ácidos: son antisépticos, como por ejemplo la canela.
* Alcoholes: son bactericidas y antisépticos generales. Así mismo son de baja toxicidad. El mejor ejemplo en este caso es el aceite esencial de lavanda.
* Esteres: son sedantes y antiespasmódicos. Podemos incluir en este apartado a la bergamota y amaro.
* Fenoles: potentes desinfectantes y antimicrobianos: Son estimulantes del sistema nervioso y bajan la sensación de dolor. Sin embargo hay que tener cuidado ya que son potentes irritantes de las mucosas y de la piel. Son claros ejemplos los aceites esenciales de tomillo, canela, clavo y orégano.
* Terpenos: son antiinflamatorios, antiespasmódicos y estimulantes del sistema, inmunológico. Son abundantes en el aceite esencial de manzanilla, salvia, lavanda y romero.
Tanto la composición química de los aceites esenciales como el impacto sobre el sistema nervioso hacen que la aromaterapia funcione tanto en padecimientos del cuerpo físico como en los estados emocionales.
Utilidad práctica de la aromaterapia
En la práctica, saber lo anterior, nos sirve a los terapeutas para poder ayudar a las personas en situaciones específicas, dependiendo de cual es la necesidad de ella. Por ejemplo:
* Para aliviar el dolor producido por un golpe. Debe incluirse una preparación que lleve entre otros Lavanda, romero, manzanilla.
* Para apoyar a estudiante en la memorización; romero, menta, albahaca.
* Para apoyar en un resfriado o gripa: árbol del te, eucalipto, ravensara, tomillo.
* Para apaciguar los nervios: naranja, neroli, incienso.
* Para bajar el miedo: cedro, sándalo, jengibre, tomillo limón.
* Para favorecer el equilibrio: geranio, enebro, vetiver, lavanda, palo de rosa.
* Para recordar eventos felices: si se sabe que aromas nos ponen felices, pues ya está. Si no es el caso, probar con aceites esenciales cálidos y reconfortantes como canela, benjuí, rosa, amaro, geranio, cedro y lima.
En estas propuestas cabe resaltar que la memoria aromática es diferente para cada persona, por lo que los recuerdos y sensaciones, así como todo el impacto emocional de cada aceite esencial o su mezcla, serán recibidos de diferente manera por cada uno. Es así que la aromaterapia se personaliza para lograr el mejor impacto aromático para cada persona.
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