jueves, 30 de septiembre de 2010

El crimen de Cuenca

En este año, exactamente el 21 de Agosto, se han cumplido 100 años del tan famoso Crimen de Cuenca, que ni luego fue tal crimen y encima, como algo maldecido, se hizo mucho más famoso al ser censurado, por una España ya democrática, allá por el año 1979, cuando la directora de cine Pilar Miró, quiso llevar este terrible error judicial, a la gran pantalla. Hago aquí un pequeño inciso y recuerdo que incluso la directora de cine llegó a tener un juicio militar,  como si de una asesina se tratara, y que la cinta fue retirada por la fuerza militar. Eso sí, un poco de cordura hizo que en el año 1981 todos tuviéramos la oportunidad de ver el film.
Hoy sería impensable que uno tomara la decisión de "irse" y que nos dieran por muerto, aunque viviéramos en el pueblo de al lado. Con las tan famosas redes sociales, correos electrónicos, en fin, con Internet la red de redes, realmente no estaríamos "perdidos" a menos de 100Km, sin que, absolutamente, nadie diera cuenta de nosotros.
He querido rescatar este hecho histórico, que afortunadamente, pertenece ya a un nefasto capítulo de la historia de esta España nuestra.

Al anochecer del 21 de agosto de 1910, el pastor...
José María Grimaldos, conocido
como “el Cepa”, quien acababa de vender unas ovejas, desaparecía en el pueblo de la Osa, en cuyo barrio “Rasero chico” se encontraban las casas de dos vecinos, Gregorio Valero, apodado “el Valera”, guarda de finca, y León Sánchez
Gascon, alias “el Pastor”, quienes, según se decía, acostumbraban a burlarse de aquel joven pastor de pequeña estatura. El hermano mayor del desaparecido, Urbano Grimaldos, denunciaba el 12 de septiembre, la desaparición de
José María ante el juez municipal suplente de Osa, y diversas personas fueron voluntariamente a declarar. Un mes después, el 21 de septiembre toda la familia del desaparecido vestida de negro se presentaba ante el juzgado. Ya para entonces habían comenzado los rumores de la muerte del Cepa, que llegarían hasta el Juzgado de Belmonte donde se ordena incoar el sumario que se envía a la Audiencia de Cuenca. Los familiares no encontraban otra explicación que el asesinato, pero la correspondiente denuncia y la apertura de diligencias no
progresaría por falta de pruebas, sobreseyendo la causa el juez en el mes de septiembre de 1911. Dos años después, un nuevo juez,
Emilio Isasa, llega a Belmonte y poseído de un afán esclarecedor y el deseo de actuar con severidad y mano dura, tras escuchar las acusaciones de los familiares de José María, ordena a la Guardia Civil la detención inmediata de
Gregorio Valero y León Sánchez. Gascon solicitando al juez y a las Alcaldías y Parroquias certificados de conducta y ordenando al juez
municipal de Osa de la Vega que extienda un acta de defunción en
el que se indica que “José María Grimaldos López había fallecido a las 8,30 o 9 de la noche del día 21 de agosto de 1910 a consecuencia de haber sido asesinado por León Sánchez y Gregorio Valero”, pero en el acta de defunción no se determina haberse encontrado el cuerpo de la supuesta victima.

La copla reconstruye estos supuestos hechos.

Mirad que crimen más feo
en la Provincia de Cuenca
cometieron dos ladrones
a eso de las ocho y media
cuando el pastorcejo iba
a mudar a su caseta
le agarran los asesinos
y le cortan las orejas
lo pinchan con un cuchillo
le atraviesan un costado
como al señor Jesucristo

Lo cortan en cien pedazos
lo sierran en veinte partes
entre hachazos y mazazos
este trabajo les lleva
desde un domingo hasta un martes
hambriento para este caso
allí gruñe un cerdo atado
los crueles matadores
las morcillas le han echado.

Ahora en la cárcel se pudren
los perversos criminales
en Cartagena y Valencia
donde si entras ya no sales
porque se dice que son
de España malos penales
…mirad que crimen tan feo
en la Provincia de Cuenca.

La actuación de la Guarda Civil fue violentísima. Con cadenas de hierro, los acusados fueron conducidos al juzgado de Belmonte y en dos semanas de duros interrogatorios y violentos sufrimientos físicos, acaban confesando unos hechos que nunca acontecieron, pero no se pudo localizar los lugares de un enterramiento inexistente, llevados por fuerza por los parajes
cercanos, golpeados por culatazos de fusil, llenos de sangre en el rostro y en sus ropas. El 15 de febrero de 1915 se concluía el sumario y el 25 de agosto el fiscal de la Audiencia de Cuenca.
formulaba las conclusiones según las cuales León Sánchez Gascon había dado con un garrote un fuerte golpe a Grimaldos y, así caído, Gregorio Valero le clavó un cuchillo en el lado izquierdo del pecho provocándole una herida
que le causó la muerte instantánea, sustrayendo de de un bolsillo de la faja del cadáver, con animo de lucro, 75 pesetas en monedas de
plata y calderilla que distribuyeron entre si ambos procesados.

La Audiencia de Cuenca condenaba por sentencia de 25 de mayo de 1918 a cada uno de los dos procesados como autores de un delito de homicidio a 18 años
de reclusión temporal, accesorias, indemnización y costas. Media hora escasa estuvieron deliberando los doce hombres del jurado ante los
condenados que tras cinco años de espera recibían una sentencia escasa para el clamor del público asistente “os hemos librado del garrote hombres de malas tripas”. La defensa se limitó a evitar la pena capital, León fue trasladado
a la prisión de Cartagena y Gregorio al penal de San Miguel de los Reyes (Valencia).

Así pasaron los años y ambos cumplieron la condena. El 4 de julio de 1925, tras 12 años y 2 meses de condena cumplida, ambos reos eran puestos en libertad en virtud de un indulto. Pero las coplas que habían estado circulando por toda la región también habían llegado al lugar de Mira, a unos 170 kilómetros
del pueblo de la Osa, también en la Provincia de Cuenca que era donde vivía “tontilón e insuficiente” José Maria Grimaldos López, quien reaparecía de nuevo porque el cura de Tresjuncos recibió una carta del párroco de Mira, solicitando la partida de bautismo de Grimaldos para contraer matrimonio. La reaparición de “el Cepa” causó el estupor y, tras su identificación, el ministro de Gracia y Justicia mandó revisar la causa y ordenó al fiscal del Tribunal Supremo interponer recurso de casación contra la sentencia de la Audiencia de Cuenca “hay fundamentos bastantes para estimar que la confesión de los reos, Valero y Sánchez, base esencial de su condena fue arrancada en el sumario mediante violencias inusitadas… Procede, en vista del error de hecho que motivó la sentencia declarar la nulidad de ésta, por haberse castigado en ella un delito que no se ha cometido”.
Una nueva copla titulada “El drama de Grimaldos” sustituía a la tan famosa de “El Crimen de Cuenca”:

La voz del Derecho, el alfa y omega
de las sociedades haciendo
el desmonte
de normas arcaicas de las que
se anega,
como en un mar muerto, la nao
Caronte.
Drama de Grimaldos, tragedia
de Osa,
Themis ha querido que fuerais
señera
de sus nuevos rumbos por rutas
gloriosas.
Drama de Tresjuncos, hueles
a montaña,
analfabetismo marcó tu cimera.
Por ti, la Justicia se erguirá en
España.


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